Potaje de Vigilia o de Cuaresma

No os voy a engañar, no soy de muchas tradiciones, de hecho en mi casa el potaje se come uno o 2 días durante la semana santa (e incluso fuera de la semana santa, durante el invierno), pero creo que exactamente el viernes que es cuando se debería comer, no lo catamos. Sinceramente de un año para otro ya no me acuerdo de que hago el anterior, pero lo que si sé, es que este año si lo voy a comer el viernes, porque comeremos en casa de mi suegra, y ella si que lo hace ese día.

Por cierto, la receta de este potaje es de mi madre, que a su vez, se la enseñó su abuela, y que me supongo que la mujer lo aprendería de otra persona de la familia. Total, que no es la típica receta de potaje de vigilia, si no una especial, que os aseguro que es de espectáculo. Además, siempre solemos hacer más cantidad para que nos sobre para otro día, que queda si eso puede ser aún más bueno.

Una última apreciación para que os quede un potaje de 10, es comprar los garbanzos de muy buena calidad, no valen los que venden empaquetados, debéis comprarlos a granel, que son un poco más caros pero que merece la pena y deben ser gordos. Espero que os guste tanto como a mí y los míos.

INGREDIENTES: para 4 personas

• Entre 350 y 400 gr de garbanzos gordos
• 500 gr de espinacas frescas (yo compro 1 bolsa que venden en mercadona que ya vienen además cortadas)
• 400 gr de migas de bacalao desalado
• 2 cebollas grandes
• 4 dientes de ajo
• 1 tomate grande 
• 2 huevos cocidos
• 2 hojas de laurel
• 1 pastilla de caldo (de carne, o lo que más te guste)
• 2 cucharadas pequeñas de pimentón dulce de la vera
• 1 cucharada sopera colmada de harina
• aceite de oliva virgen extra
• sal

PREPARACIÓN:

1. Antes de comenzar a hacer la receta, debemos tener en agua al menos 12 horas (la noche de antes) los garbanzos. A la mañana siguiente, en la olla expres colocamos el doble de agua que de garbanzos, con la pastilla de caldo, las hojas de laurel y una de las cebollas troceada sin sofreír. Debemos esperar a que comience a hervir el agua, momento en el que añadimos los garbanzos, cerramos la olla y dejamos que se hagan 30 minutos.
2. Mientras están los garbanzos en la olla, en una sartén colocamos una cucharada sopera de aceite y freímos de manera breve los dientes de ajo hasta que se doren un poquito, después los retiramos y los reservamos para después.
3. En esa misma sartén, hacemos un sofrito con la cebolla y el tomate, una pizca de sal para que se ablande la cebolla y el tomate sin la piel y troceado. Añadimos la cucharada de harina para que se haga un poco y no deje el sabor a crudo y las 2 cucharadas de pimentón. Retiramos justo en ese momento del fuego para que no se queme y se lo agregamos a los garbanzos una vez pasado el tiempo de cocción.
4. Separamos en los huevos las yemas de las claras. Las yemas las machacamos junto con los ajos en un mortero y las claras las cortamos en trocitos sobre los garbanzos. Agregamos la mezcla del mortero junto con las espinacas a la olla y probamos el sabor del caldo. Rectificamos de sal si hiciese falta y volvemos a cocer 30 minutos esta vez sin cerrar la olla.
5. Mientras ponemos en agua las migas de bacalao, que aunque están desaladas, a mi me gusta por si acaso remojarlas y cambiarles el agua 3 veces mientras cuecen las espinacas, así nos aseguramos de que están perfectas. Se las agregamos a la olla, cocemos 10 minutos todo el conjunto sin tapar, volver a probar de sal, y a comer calentito!.

Si te sobra y lo guardas en la nevera para el día siguiente te va a sorprender de lo rico que queda. Si ves que está demasiado espeso, puede añadirle una pizca de agua, y un truco, calienta el potaje muy despacio, para que no se deshagan los garbanzos y quede como recién hecho. Feliz semana santa a todos!

Muchos besos y gracias por estar ahí!!