INGREDIENTES:
- 3 Huevos
- 300 ml. de nata
- 5 cucharadas de agua
- 3 cuch. de azúcar
- 300 gr. de chocolate blanco
- En un cazo calentamos el agua con el azúcar hasta que llegue a hervir y a continuación retira el cazo del fuego.
- Añadir al cazo todavía caliente el chocolate blanco hasta conseguir que se deshaga por completo. Si lo troceas, será más fácil y rápido.
- Separa las claras de las yemas y añade estas últimas al chocolate blanco templado (ni caliente porque cuajaría el huevo ni frío porque se pondría duro el chocolate).
- Añade una vez este todo integrado la nata batiendo enérgica mente y después con mucho cuidado las claras a punto de nieve.
- Cubre un molde, de la forma y el tamaño que quieras con papel transparente y echa la mezcla. Mete el molde al congelador mínimo diez horas y saca el postre 5 minutos antes para poder cortarlo.
COMENTARIOS:
Lo maravilloso de esta tarta es que se puede jugar mucho con ella, es decir, podemos añadirle algún ingrediente como nueces o almendras, unas pepitas de chocolate, ralladura de naranja, etc.Y ya si os hablo de las presentaciones, tantas como personas en el mundo hay. Jugar con las texturas y los contrastes, podéis ponerle un baño por encima de chocolate negro caliente, alguna fruta fresca, o incluso hacer una gelatina suave con alguna mermelada que os llame la atención, como de ciruela, kiwi, etc.
Sencillamente deliciosa el sabado la prepare para mis padres y a pesar de no ser golosos les encanto una receta fantastica.
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